En una medida que ha atraído atención y controversia, Estados Unidos autorizó recientemente la transferencia de miles de millones de dólares en bombas y aviones de combate a Israel. Esta decisión se produce en medio de crecientes preocupaciones sobre una anticipada ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza, particularmente en Rafah, una región que ha sido un punto focal de conflicto entre Israel y Hamás. A pesar de las expresiones públicas de preocupación de Washington ante la potencial escalada de violencia, la administración Biden ha procedido con el importante paquete de ayuda militar, que incluye más de 1.800 bombas MK84 de 2.000 libras, entre otro armamento avanzado. La decisión ha provocado un debate sobre las implicaciones de ese apoyo militar, especialmente a la luz del conflicto en curso entre Israel y Hamás que ya ha tenido consecuencias humanitarias devastadoras. Las Naciones Unidas han emitido advertencias sobre la terrible situación en la Franja de Gaza, destacando el uso del hambre como arma y el potencial de hambruna apenas seis meses después de iniciado el conflicto, acciones que podrían constituir crímenes de guerra. Las críticas no se han limitado al escenario internacional. Dentro de Australia, ha habido protestas periódicas contra la participación del país en el comercio de armas con Israel, particularmente en lo que respecta a la producción de componentes para el avión de combate…
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