En un movimiento audaz, una activista de Greenpeace, Amy Rugg-Easey, se subió a la parte superior del autobús de la campaña electoral del Partido Conservador, llamando la atención sobre preocupaciones climáticas y ambientales. La protesta ocurrió mientras el autobús estaba estacionado durante un evento de la campaña electoral, deteniendo brevemente el progreso de la campaña. Rugg-Easey, equipada con una pancarta que criticaba las políticas ambientales del partido, exigió una mejor acción sobre el clima y la naturaleza, afirmando que el público británico 'merece algo mejor'. Este incidente ha generado una amplia cobertura mediática, resaltando la creciente importancia de los problemas ambientales en el discurso político. La elección general, programada para el próximo jueves, ha visto a todos los partidos compitiendo por el apoyo público, con esta protesta audaz enfatizando la urgencia de abordar el cambio climático.
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