La canciller Rachel Reeves ha presentado el primer presupuesto laborista desde 2010, anunciando un aumento récord de £40 mil millones en impuestos. El presupuesto incluye un aumento significativo en el seguro nacional de los empleadores, lo que ha generado críticas por incumplir las promesas anteriores del manifiesto laborista. Reeves defendió los aumentos de impuestos, afirmando que son necesarios para abordar la mala gestión financiera dejada por el anterior gobierno conservador. El presupuesto también detalla planes de inversión en infraestructura y apoyo salarial para los trabajadores. Este marca un momento crucial para el Partido Laborista al tomar el control de la estrategia económica del Reino Unido.
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